Siente el verdadero Rocío.... La Romería comienza con el camino a través de senderos milenarios que transcurren por las proximidades del Guadalquivir. Únete a la marcha rociera acompañada durante todo el camino por un elemento esencial: el tamborilero, a ritmo del tambor y del sonar de la flauta.
Junto al tamborilero, el cohetero va sembrando el cielo de expresiones que guían y convocan a los más retrasados y tras ellos, las hermandades con sus varas y banderas y todo un revuelo de flecos, lunares y flores.
Sentirás el verdadero Rocío, mezcla de sentimientos entrelazados: alegría, cantos y fiesta, frente a lágrimas, suspiros, silencio, promesa y expresión de sentidos... Interminables cortejos de carrozas entoldadas y repletas de flores se encuentran en la aldea del Rocío. La mayor peregrinación de España expresa el desenfreno más espectacular de colores y alegría.
Lo más típico es hacer el recorrido a caballo, en carreta o a pie, a través de las marismas y durmiendo en pleno campo. La noche del Domingo nadie duerme, en espera de poder entrar al templo para pasear a la Blanca Paloma. El salto es el momento de mayor fervor, cuando los almonteños invaden la ermita, saltan las vallas y pasean a la Virgen por su aldea.
Por la noche, en los campamentos, se bebe, se canta, se baila. El son de guitarras flamencas y panderetas, traído por el viento arenoso anima la noche.
Velas, antorchas y bengalas iluminan los Simpecados de las Hermandades, mientras miles de personas cantan los Misterios en honor a Nuestra Señora y la oración se desgrana en perlas de amores.
La aldea de El Rocío
El Rocío es una pequeña aldea del municipio de Almonte (Huelva), situada a 15 kilómetros de Matalascañas, a la que se accede por un camino que bordea el Parque Nacional de Doñana, dándole a ese camino unas vistas incomparables y una auténtica belleza.
Es una zona de casas pequeñas y blancas, de mucha tradición, toda ella rodeando la Ermita de la Virgen del Rocío, donde reside la Blanca Paloma, nombre que se le da a esta Virgen y de la que existen miles de devotos que semanalmente van a venerarla.
Sus singulares características urbanísticas y paisajísticas la convierten en un lugar único para vivir el fervor religioso hacia la Blanca Paloma y la placidez natural de Doñana. La vinculación romera vinculada al caballo ha configurado la aldea como paraje ideal para la práctica de actividades ecuestres, convirtiéndose en el principal referente de la Comarca en la organización de concursos hípicos.
Durante la Romería del Rocío, más de un millón de personas se acerca a este lugar en la provincia de Huelva para venerar a la Virgen, dándole un colorido espectacular a esta aldea. Una Virgen que, según reza la leyenda, se apareció aquí en el siglo XIII.
Hacer el Camino, para el rociero, no es sólo una frase o una expresión tópica, es una forma de vivir el acercamiento, paso a paso, a pie, en carretas, a caballo, en todo tipo de vehículos, hacia la Virgen del Rocío.
Desde Sevilla, Huelva, Cádiz, desde cualquier parte de España o del mundo, llegan rocieros, peregrinos, para hacer el Camino, que es jolgorio, fiesta, alegría, cante, baile, pero también devoción, grande e intensa, llena de pasión.
Aunque todos los caminos conducirán en Pentecostés al Rocío, básicamente el recorrido puede hacerse por:
Camino de Sanlúcar que, atravesando Doñana, une la desembocadura del Guadalquivir, desde Bajo de Guía, con la aldea.
Es un bello camino para los amantes de la naturaleza y tiene el atractivo de ver cruzar el estuario Simpecados, carretas y monturas, en barcazas.
Camino de Moguer, por el que los peregrinos de Huelva llegan al Rocío.
Camino de los Llanos, desde Almonte, siendo el más antiguo de ellos.
Camino sevillano, con lugares como Gelo, Marlo,
el Quema, Villamanrique de la Condesa, la Raya Real, Palacio y el Ajolí, puerta a la aldea.
Son hitos del camino llenos de tradición, de evocaciones, de recuerdos y esperanzas, de intensidad.